Qué decir negativo: bueno, nada en absoluto. Todo es perfecto, la acogida, el personal encantador. Te sientas y te sirven aceitunas y tostadas con una especie de crema para untar (pimiento, tomate, queso y carne). La carta es completa, elegimos el bife de falda y el entrecot. Plato muy grande, me imaginé el filete de falda tan pequeño como en Francia pero impresionante ocupando su lugar en el tablero. La carne se asa a la brasa al fuego de leña, mmm y se sirve con 3 pimientos enteros asados, una patata al horno y se cubre con crema de cebollino, un cuenco de ensalada ... muy abundante. de postre optamos por el profiterole. Helado de vainilla, repollo crujiente, chocolate caliente y almendras tostadas ... nuestras papilas gustativas volvieron a estar encantadas. Luego después del café, te traemos las botellas de digestivo, licor de café, limoncello, y te dejamos beber tanto como quieras ... la elegancia ...
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